El 2020 ha traído una avalancha de nuevos desafíos que las marcas no pueden ignorar. Los consumidores gastan menos, los empleados transitan (si no es que rechazan la idea) de tener nuevos espacios de trabajo y los jugadores (stakeholders) están cada vez más preocupadas por los resultados finales en sus campañas y comunicación de marca. La comunicación debe transmitir a través de un enfoque claro, el mensaje correcto en el momento, canal y a la audiencia correcta. Existen problemas principales que enfrentan las marcas en este momento y cómo resolverlos, es cuestión de visión, compromiso y la habilidad para hacerlo.

La salud mental – Muchas empresas con cientos de empleados desde casa, asumen que la gente trabajará solamente porque tiene que hacerlo y no necesariamente es así. Existe un mar de información, redes sociales y desinformación, que están afectando a los trabajadores. La infodemia, como se le conoce al fenómeno de sobreexposición a información (mucha de ella, falsa), tiene efectos negativos en la personalidad y en consecuencia, el desempeño de los trabajadores. Ansiedad, depresión, angustia, procrastinación, malos hábitos alimenticios, son algunas señales de que algo no anda bien. Poner atención primero a la salud de la persona, mejorará invariablemente la calidad del trabajo que se entrega.

Recursos suficientes – Otra fuente de estrés laboral es la de contar con los recursos suficientes para hacer el trabajo que nos piden. Aunque es «cómodo» trabajar desde casa, si no tenemos los recursos por ejemplo en relaciones públicas y comunicación de marca como bases de datos actualizadas y alguien que se encargue correctamente de ello, el generar pitches efectivos se ralentiza o bien, perdemos oportunidades y eso nos genera estrés innecesario. Contar con otras herramientas básicas como de diseño, file sharing, edición de video / audio, abonan a una mejor estructuración del trabajo y de los resultados que debemos entregar a nuestra marca o a nuestro cliente.

Prepararse para lo inesperado – La tranquilidad normalmente precede a la tormenta. Esta premisa no sólo aplica en el mar sino en los negocios. Prevenir catástrofes de comunicación o de negocios, reside en la capacidad que tenemos para estar listos sin importar que tan buena sea nuestra organización para anticiparlas. Ensayar planes de comunicación de crisis, manejo de medios en situaciones fuera de nuestro control, diseñar, actualizar y mantener manuales para gerentes y ejecutivos, no es un lujo sino una necesidad que debemos abordar antes de que algo ocurra.

Menos es más – Contar con 3 sistemas para monitorear el flujo de trabajo de nuestros equipos, en conjunto con 2 CRM y 2 ERP para los diferentes equipos, no es algo recomendable. Dentro de las empresas existen egos gigantescos que salen caros. Debemos mantener al mínimo las herramientas tecnológicas para disminuir la carga de trabajo, la burocracia interna y que éstas nos ayuden a ser más productivos, no encerrarnos en reportes interminables sobre los reportes que tenemos que hacer.

Invierte en la gente y nunca perderás – Si bien ya comentamos que deshacernos de soluciones tecnológicas que duplican las funciones no es lo mejor para las organizaciones, lo que si es recomendable es invertir en la gente. Muchas empresas al reducir sus inversiones en oficinas físicas innecesarias, están invirtiendo inteligentemente en acondicionar los espacios de trabajo de sus empleados en casa: proveerles de una silla ergonómica, renovarles su equipo de cómputo, proveerles de papelería de buena calidad y suficiente, son algunos pasos que reducen la carga de trabajar bajo las duras condiciones que la pandemia nos ha impuesto a todos.

¡A trabajar inteligentemente!

Fuente: Cision https://www.cision.com/us/resources/white-papers/5-problems-communicators-help-brands-solve/

Juan Ramón de la Fuente, Embajador de México ante la ONU https://www.eluniversal.com.mx/opinion/juan-ramon-de-la-fuente/covid-19-la-otra-epidemia

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